¿Qué coño nos está pasando cuando empezamos a pedir perdón por respirar?
Nos hemos pasado siglos construyendo un modelo de vida donde uno puede amar a quien quiera, decir lo que piensa, cambiar de religión, beber vino, vestirse como le dé la gana y hasta dejar la política para el domingo, después del arroz.
Y de pronto..., ¡zas! Nos dicen que todo eso es opresor, machista, colonialista, eurocéntrico, binario, patriarcal y ofensivo para otras culturas. Culturas que, atención, prohíben todo eso que nosotros hemos conseguido con sangre, fuego y debate.
Y claro, como no queremos parecer intolerantes, nos tragamos sapos del tamaño de un burka con cara de cordero degollado.
¿Y a quién osa levantar la voz..? ¡ZASCA! Te cae la etiqueta de "facha", "racista", "islamófobo", "delito de odio".
Tú no odias.
Tú opinas.
¡Ya está bien, joder!
Pero eso hoy, en esta Europa de plastilina, ya es delito.
Nos han enseñado a respetar tanto al otro... que hemos dejado de respetarnos a nosotros mismos.
Nos mutilamos la lengua para no molestar. Nos escondemos detrás del lenguaje neutro. Nos tapamos la boca, pero dejamos que otros nos griten en nombre de su dios, su tribu o su puñetero trauma.
¿Y si les dijéramos que aquí también tenemos derechos, que nuestra cultura también vale algo, que lo nuestro no es odio, sino legado?
¿Qué coño nos está pasando?, ¡repito!
¿Tan inseguros estamos de lo que somos...?, que dejamos que nos llamen de todo sólo por defender la libertad que ellos no toleran.
Occidente no es perfecto. Claro que no lo es. Pero es el único sitio donde puedes decir que no lo es y seguir vivo. Y eso, amigo mío, no es debilidad. Es un privilegio que estamos dejando que nos arrebaten sin plantar cara. ¡Espabilemos, o desapareceremos!
Texto de felipemgicapedrej - Felipe 7.0 en TikTok https://www.tiktok.com/@felipemgicapedrej