Mostrando entradas con la etiqueta Lechuza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lechuza. Mostrar todas las entradas

miércoles, 11 de diciembre de 2024

Eso no puede ser verdad

 



Regreso del Futuro 2


DICIEMBRE DE 1984. Se encuentran dos amigos, Matías y Lucas, que hace mucho tiempo que no se veían. Matías parece un indigente, pues viste con unos pantalones bastante gastados y su camisa es de un color indefinido. Puede que en algún momento fuese beige, pero en ese momento resulta muy difícil determinar su color original. A Lucas se le ve muy bien.

Lucas hace un amago de darle un abrazo, pero avanza primero su mano que el otro acepta. Se miran y se dan el abrazo.

¡Cuánto tiempo, Matías! — dice Lucas mientras da un paso hacia atrás para repasar su amigo de arriba a abajo.

¡A ti sí que se te ve bien! — responde Matías.

¡Hombre! Los años no pasan en balde… Ya no podías subir las escaleras, tuve que vender el piso y me fui a vivir con mi hija…, y el imbécil de mi yerno. ¡Pero bien!

Se hace un corto silencio. Entonces Lucas intenta salvar la situación y ayudar a su amigo.

No hace falta que me digas nada. No se te ve muy bien. ¿Puedo ayudarte en algo?

Gracias, pero no. Prefiero la libertad.

Hombre, ahora tenemos libertad.

¡Ja! Antes de que os deis cuenta, ya no la tendréis. Yo duermo donde puedo, pero no te voy a contar mi vida. A veces tengo sueños y el otro día tuve como una pesadilla. No me atrevo a llamarlo premonición. ¿Te lo puedo contar?

Sí, anda. Yo tengo todo el tiempo del mundo.

¡Y yo!

Pues como te decía, en el sueño me vi en el futuro, creo que era dentro de cuarenta años, en el 2024.

¿Y?

No me creerías…

¡No sé! Te he pedido que me lo cuentes.

Pues sigo. Pero no me interrumpas. Si te parece que todo está muy caro, te vas a enterar de como va a ser dentro de cuarenta años — Matías hace un gesto con la mano para insistir a su amigo que no le interrumpa —. Para empezar, hay una nueva moneda para toda Europa. La llaman el Euro. Pero para lo único que sirve es para que todo sea mucho más caro. Fíjate, el aceite se vende a precio de güisqui, el quilo de lentejas sobre las cuatrocientas pesetas de ahora. Y la vivienda, ni te cuento. Con decirte que en capitales se piden entre cincuenta y cien millones de pesetas por un piso corriente y moliente que ahora vale cinco o diez. ¡No lo acabará de pagar ni todos los bisnietos juntos!

¿Y el pan? — interrumpe Lucas que no puede dar crédito a lo que escucha.

¿El pan?

Pues una barrita de nada, casi vale 200 pesetas de las de ahora.

¡Vamos anda! Eso no puede ser. Es que no puede ser, que si eso que dices fuese verdad, se arma una revolución... Queman a alguien. No sé, no me lo puedo creer.



© Manel Aljama, diciembre 2024

© Foto de Kaboompics.com en Pexels


miércoles, 4 de diciembre de 2024

No mires a los ojos de la gente

 


 

Regreso del Futuro 1


SONABA «No mires a los ojos de la gente» que la peña coreaba a grito pelado, aunque estuvieran afónicos por llevar más de media hora haciendo eso. Era de lejos el tema más esperado en el concierto que Golpes Bajos daba en Alcorcón. Yo no estaba afónico. Bueno, de hecho, es como si no estuviese. Aquel día me había levantado un poco raro y no lo podía disimular. Karla no paraba de mirarme extrañada como si de verdad se preocupase por mí. Lo parecía.

El estadio estaba abarrotado por gente del municipio, del barrio y fans enfervorizados que se habían desplazado desde Madrid. Había de todo, punkis, pelos azules y naranja, siniestros, rockers irreductibles. ¡Algun cronista podría haber dicho que era cosa de pueblerinos!

Era el último bis y los del estadio ya habían empezado a encender las luces del estadio con la consiguiente bronca del público. Karla no me había quitado el ojo de encima en todo el concierto. Parecía preocupada. Debía de ser la cara que hacía. La noche anterior no había dormido mucho, pero no podía comentar nada del sueño. La veía bella.

Tío, ¿Qué te pasa? A ti te pasa algo… ¿Acaso la priva era de garrafón? — Al final, cansada de observar, me dirigió la palabra.

¡No me rayes! ¡Que menudo sueño he tenido esta noche…! — respondí

¡Ahora vas y me lo cuentas!

Me vas a tomar por loco…

Ah, ¿pero no lo estabas ya?

Es que esta noche he tenido un sueño.

Las luces del escenario se apagaron y la gente se dio por vencida. El público heterogéneo empezó a desfilar hacia las salidas donde los vendedores ambulantes esperaban agotar las reservas de botes de cerveza. Karla me seguía en silencio.

¿Hacemos la última? — preguntó.

¡Vale! Pero la compras tú — asentí.

¡Joder! ¡Estas de un muermo! — dijo mientras se aproximó al vendedor que tenía las birras en un discretísimo barreño de plástico rojo atiborrado de cubitos de hielo todavía sin derretir.

Abrimos los botes y empezamos a caminar, mientras le daba algunos sorbos al mío.

Pues resulta que he soñado, que viajaba al futuro, más allá del año 2000. Creo que era el 2024 — Karla puso los ojos como platos —. Ya no quedaba nada de la Movida. Ya se habían ido al otro barrio, Carlos Berlanga, Manolo Tena, Antonio Vega, Germán Coppini...

¡Pero qué dices! — Karla me interrumpió.

Déjame seguir, por favor. Aún no he terminado. La lista de gente que ya se había ido al más allá es mucho más larga. Mira: Quique Urquijo de los Secretos, Eugenio Haro de Glutamato Ye-Ye, Tino Casal, Edu de Parálisis Permanente, ¡y hasta Lolo Rico! — me volvió a interrumpir y su cara no podía ser de mayor asombro.

¿En serio? ¡Esa gente es aún muy joven para palmarla!

Pero si no son los únicos. Mira, yo buscaba los referentes de hoy en un ordenador conectado a otro ordenador gigante y los de Aplauso ya no estaban, ni tampoco la Carrà… — me volvió a interrumpir.

Bueno, ¡eso ya parece más lógico! ¡Que no es una niña! Y hablando de música, ¿qué música has escuchado en el 2024?

Pues siéntate que te vas a caer. Puse la radio y sonaba una música que parecía hecha con la batidora, la aspiradora y la lavadora… como un pumba-chaka-pumba-chaka insufrible.

¡Qué fuerte!

Y eso no es todo. Había otra que hacían con un teclado y que no sabían ni cantar y rimaban «amol» con «dolol» y le llamaban reguetón.

Creo que necesitas descansar. Eso no parece una premonición, sino una pesadilla. Ya lo dice la canción que más nos gusta: «No mires a los ojos de la gente…»



© Manel Aljama, diciembre 2024

© Tema «No mires a los ojos de la gente», por German Coppini y Teo Cardalda en Golpes Bajos (1983)

© Imagen de Todo Colección