miércoles, 20 de mayo de 2009

El enigma Poupardin

Fuente Internet Museo del Louvre aprox 1911
El inspector jefe de la Policía de París, Gerard Poupardin estaba plenamente satisfecho recibiendo los felicitaciones de los presentes en la fiesta que casi podía decirse que era en su honor. Se había reabierto el Salón Carré del Museo del Louvre, el que dedicaba a la pintura italiana del siglo XVI. En esta ocasión estaba engalanado con cintas con los colores de la bandera de la “republique”. Recibió no sólo elogios por parte del prefecto de policía sino también del mismísimo Armand Fallières el presidente de la “Troisième République” pues el caso se había convertido en un tema de estado.
Los operarios de limpieza también estaban invitados a la fiesta y además habían sido condecorados. Aprovecharon la ocasión para sustituir el vino malo de sus habituales borracheras por el exquisito champagne de la celebración. Había el doble de vigilancia de un día normal quizá no por el cuadro que había vuelto entero al museo sino tal vez por la presencia de diputados y cargos públicos temerosos de dejarse ver en público sin ninguna protección. Todo eran halagos para Gerard Poupardin. Se le equiparaba a héroe nacional pues había devuelto la “Mona Lisa” intacta y había detenido a Vincenzo Perugia, el principal sospechoso del robo. En todos los corrillos se contaban anécdotas del eficaz trabajo del inspector, de su astucia en dar con el paradero de los malhechores y de cómo detuvo a la banda.
—¿Y cómo sabe usted que el detenido no es el fanático italiano y pintor de brocha gorda que dice ser, sino un hombre de paja al servicio de un afamado falsificador como se rumorea? ¿Qué hacía un hombre como él en poder de una lista con los siete mayores compradores de obras de arte robadas? ¡Gerard! ¿Cómo puede demostrar que en todo este tiempo el falsificador no pudo hacer hasta siete copias, quizá más, del original y habernos devuelto una falsificación junto con el desgraciado de Perugia?
—¿Y cómo puede probar todo eso? No es más que un rumor. Yo quizá no pueda probar con total exactitud lo mío pero usted Gaston, tampoco lo suyo. No me estropee la fiesta por favor. Brindemos por el nuevo año 1912.

© Manel Aljama (mayo 2009)

5 comentarios:

  1. En verdad, en 1911 el célebre cuadro de Mona Lisa desapereció (fue robado) y estuvo unos meses ilocalizable. He cambiado los nombres. Pero los hechos y la polémica están servidas. Desde 1911

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  2. Jeje debemos confiar en los expertos que nos aseguran que las manos de Da Vince estuvieron paseándose por esa obra... pero como bien dices, quién nos lo asegura a nosotros jeje A lo mejor pesa más el ridículo que han estado haciendo durante años aceptando una falsificación, ¿quién sabe? Aún no he visitado París, pero es una deuda pendiente que tengo conmigo misma.
    Besos.
    Carmen

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  3. "¡Que me lo demuestren! Lo importante no es la solución al enigma sino los resultados policiales, que tanto tranquilizan a la opinión ciudadana. Dejemos la fiesta en paz y no vengamos ahora con minucias, Gastón. No son relevantes para el caso.y en cuanto a ese tal Leonardo Da Vinci, el capo italiano, ya me encargaré más tarde del asunto.
    ...Y ahora, feliz 1912".
    Pudo haber dicho el inspector Gerard Poupardin y no es que te corrija en absoluto, es porque me hubiera gustado tener el acierto tuyo al elegir ese hecho, y en esa época, para hacer el relato. Me recuerda el tiempo en el que se desarrollan las novelas de Agata Christie, con sus románticos personajes.
    Saludos cordiales

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  4. Me has dejado incómoda, como si fuera posible (y de hecho posiblemente lo sea) que en todos o e muchos de los museos a lo largo y ancho del mundo, sólo pudiéramos ver copias.
    Y, por otro lado ¿qué más daría si consiguen hacernos llegar toda la maravilla que encierran?.
    No me hagas caso. EStupendo micro.

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  5. Carmen: Das en el clavo. Cuando vayas al Louvre mira si el cuadro tiene una etiqueta "made in china":). Esto es una broma "mortadeliana".
    Andrés: Es un echo histórico disponible a la interpretación histórico y o literaria. ¿Por qué no?
    Fonsilleda: Todos los pintores tuvieron discípulos que "copiaban" sus cuadros a modo de aprendizaje. Dalí firmó láminas en blanco (está documentado y es comprobable pues había cámaras de cine delante). Mientras sean fieles al "original" y como dices, transmitan la maravilla que encierran...

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