El despacho del galeno está lleno de objetos de diseño que dan el aspecto más de un abogado que de un consultorio clínico. Con las gafas para ver de cerca el doctor ojea una y otra vez un fajo de papeles que forman parte del informe (sin forma alguna). Al otro lado la espera. La tensión. La calma chicha, presagio de una tempestad inminente.
—Verá… —carraspea—, los análisis son concluyentes. No me cabe la menor duda —se hace un silencio—, a la vista de todas las pruebas me temo...
El visitante no le deja acabar, se levanta de golpe y sale de la consulta. Desea respirar el aire, todavía fresco y con olor a salitre del mar cercano que se respira por la mañana.
* Proverbio ruso y también atribuido a Morihei Ueshiba
Estimado Manel: Me has despertado viejos recuerdos, no sé si buenos o malos, pero recuerdos. La vida a veces se empeña en seguir a pesar de todos los pronósticos, sobre todo aquellos contenido en un "sin forma". besotes
ResponderEliminarAquí lo puedo decir, yo sabía que fuera me encontraría con ese aroma maravilloso de las mañanas cerca del mar.
ResponderEliminarMicro duro y realista. En esa situación nos vemos o hemos visto o veremos muchos de nosotros.
Lo "impersonal" de la decoración y ese "sin forma", no ayuaron a paliar temores, miedos, sentimientos no buscados, es más, lo potencian y le dan un sabor, si cabe, más amargo.
Bicos.
P.D. Te he votado en GB
Se puede huir de una noticia, pero la realidad que llevas en tu cuerpo siempre irá contigo.
ResponderEliminarEl mar es como una inmensa acumulación de lágrimas.
A pesar de las penurias, querido amigo, siempre hay nuevas mañanas. Las tempestades amainan cuando sabemos levantarnos, ¿no?
ResponderEliminarSencillo micro con un terrible trasfondo..
besitos
soni
Vaya, que me he quedado con la duda. Pues yo como soy optimista fíjate que pienso que sólo tenía estrés el hombre...s que con estos tiempos. Muy bien mantenido el misterio hasta el final. Talentoso texto tal como nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarBeos
me gusto leerte. muy interesante e ingenioso este texto.
ResponderEliminarte dejo un beso
Corto e intenso. En el fondo, vivimos tan poco tiempo aquí...quién sabe los que nos espera más allá.
ResponderEliminarTe dejo muchos saludos. Como siempre... un placer haberte leído.
No, no es precisamente estrés lo que padecía. Esa forma totalmente peculiar de leer unos análisis y esa coletilla... ya las tenía bien practicadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Manel es posible que necesitase tomar aire para afrontar lo que le daba miedo oir, pero el caso es seguir luchando contra lo que sea. A más de uno esta situación nos resulta familiar y se me encoge el alma solo de recordar esa situación.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy intesante Manuel, aun cuando sea dificil para el paciente recibir de parte del medico noticia semejante es tal vez mas dificil ejecutar la funcion de decir la posibilidad de una enfermedad mortal o incurable. A pesar de ser entrenados para eso la sensacion del mal rato es inevitable y debo confesar que no han sido pocas las veces que he sentido la necesidad de ser yo el que sale en busca de aire fresco..
ResponderEliminarSaludos,
Roberto
Alguien me dijo una vez cuando también necesité respirar aire puro, no hay que hacerse problema, sino enfrentar el problema. Besos y todo lo mejor tía Elsa.
ResponderEliminarDolor e incertidumbre... Cuál es el alcance de la dolencia? Sea el que sea tal vez buscara la fuerza del mar para afrontarlo. Seguro que vuelve con más energía. Me encanta lo tuyo. Un abrazo grandote.
ResponderEliminarImpersonal, aseptico y glacial suele ser un sitio así y un diagnóstico no deseado, al menos carraspea que ya es de agradecer, poruqe la mayoría de las veces te sueltan las cosas así como si nada, están inmunizado supongo.
ResponderEliminarLevantarse y salir a respirar, como no, se necesita respirar ante una mala noticia.