Los cortinajes tapaban la ventana. Más que nada para hacer creer a los que estaban fuera que dentro del edificio no quedaba nadie. Pero lo sabían igualmente. Sabían que allí se escondía su enemigo. Lo habían tolerado nueve meses, quizá nueve años de decadencia y de obediencia; atemorizados por el miedo. Ya no tenían miedo, habían descubierto que el miedo no existía y ni siquiera se podía medir. El sol templado de la tarde de mayo manoseaba los ventanales como intentando dar ánimos y alegría a toda la multitud con su reflejo dorado. Necesitaban esos ánimos, esa ayuda en ese momento que las cosas habían llegado al extremo de ahora o nunca. Mientras, en el interior, o mejor dicho detrás de los polvorientos estores, el sudor había dejado completamente empapado a aquel hombre de pocos cabellos ya blancos. Tenía el aspecto de haber sido un melenudo, un hippy. Pero no, estaba al otro, lado, en la cima. No se atrevió ni a acercarse a la ventana. Permaneció sentado en su mesa de despacho, quieto como paralizado. Su pensamiento viajó al pasado, tal vez lejano o puede que mucho más cercano. Le vino a la mente una mezcla de frases, proclamas, canciones pero poca cosa más. Ni siquiera un gesto, ni una caricia, ni una sonrisa. Nada que fuese alegre. Sin familia, completamente solo. Se volvió y encontró un retrato de no hacía mucho en el que aparecía él junto al presidente del gobierno y demás autoridades. El murmullo se convirtió en un ruido en el que de vez en cuando se podía escuchar algún grito y hasta aplausos. Se clavó en la silla. El griterío era cada vez más fuerte. Antes no se podía distinguir nada. En cambio ahora, creía escuchar con total nitidez que decían algo como, "fuera la policía de la universidad", "fuera la policía de la universidad".
Total ya estaba todo hecho. Cagado de miedo había hecho de tripas corazón apenas hacía quince minutos. Había pulsado el botón de un teléfono prefijado. Era el de la policía donde, se había identificado como rector de la universidad y había solicitado la ayuda de los antidisturbios, de todos los antidisturbios, incluso del ejército si fuera necesario.
© Manel Aljama (mayo 2011)
Foto sacada de facebook y a la vez montaje de dos situaciones histórica. Autor desconocido.