miércoles, 11 de mayo de 2011
La La La tuvo su tiempo
Iba a empezar este artículo sobre la participación española en Eurovisión con “no se merecía quedar en penúltima posición”.
La geopolítica no necesita ser demostrada porque ahí está: los países nórdicos se votan entre ellos, de la misma manera que las antiguas repúblicas soviéticas hacen lo mismo que Grecia, Turquía y Chipre, ser buenos vecinos, al menos en Eurovisión.
Esta vez la representación española se había esforzado a conciencia con un buen tema que me recordó en algún aspecto al “La La La”, un bonito vestido y una interpretación excepcional. Todo eso se estrelló contra la geopolítica.
¿Solamente la geopolítica? Creo que no, que hay algo más. La canción de Lucía Pérez hubiese ganado sí, pero en 1968. Y es que en el 68 no había 43 países que en su totalidad miran al mercado musical anglosajón. Creo que Massiel no hubiese ganado en estos tiempos de música en inglés cortada por el mismo patrón rítmico. Si España quiere hacer algo más en Eurovisión tendrá que renunciar a la lengua del estado y cantar en inglés. Ya no estamos en el 68 con playas, sol y muslos alegres cantando “La La La”.
© Manel Aljama (mayo 2011)
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