Invadió la última aldea que quedaba en pie y que le había plantado resistencia. Dominaría así toda la región. Pero no se detuvo en eso. Deseaba borrar todo vestigio de los vencidos. Quería estar convencido que todas las mujeres habían sido forzadas repetidamente durante dos lunas. Nadie de la estirpe derrotada debía sobrevivir y para eso mandó matar a todos los varones y reventó el vientre de todas las preñadas que se encontró. Las cabezas de sus jefes fueron colgadas en jaulas a la entrada del poblado. Se coronó rey supremo de aquel gineceo de mancilladas. Tomó por esposa a Vana, la sacerdotisa, la mujer más bella que había podido resistir indemne y sobrevivir a los ultrajes. El matrimonio duró hasta la noche de bodas. La druida le maldijo después de haberla hecho suya y él, impasible, hundió el puñal en su pecho y con las dos manos le arrancó el corazón que humeante se lo dio a comer a los perros famélicos que aguardaban en el exterior de la cabaña nupcial. Pensó que así desharía el sortilegio de Vana. Vartok se mantenía fiel a su sino y no conocía otro color que no fuera el rojo de sangre. Allí donde sus sandalias hollaban todo se volvía bermellón.
De pequeño le advirtieron que no violase la ley suprema del Dios de la Montaña. No estaba en su memoria pero seguía los pasos de su padre. Como si fuese un ciclo sin fin donde el sueño se transformaba en pesadilla, a la que inexorablemente le seguía el mal humor sanguinario de una vigilia hambrienta de venganza para volver a sucumbir en la embriagada pesadez de Morfeo. Vartok no creía en preceptos, ni en reglas. Deseó poseer el cuerpo de su cuñada Nava. No dudó en matar a su hermano y así tomó por esposa a su viuda. Tendría que vivir justo para poder darle un heredero. La vigilaron día y noche. La confinaron lejos de la orilla del tramo más profundo del río. Mantuvieron los puñales y demás armas fuera de su alcance. Se negó a comer. La obligaron a alimentarse. Nava, en su agonía tuvo una última lucidez. Decidió acabar para siempre. Volvió a comer. Tenía que llenar su vientre antes que el monstruo que crecía en sus entrañas fuese arrojado al mundo para perpetuar la saga de Vartok. Nada sospecharon. Se lo comía todo y mientras más ingería más alimento demandaba. Las mujeres comprendieron su actitud y su necesidad. Fueron solidarias. Le ayudaron. No fue fácil traspasar el control de los guardianes pero consiguieron hacerle llegar una mezcla fatal de belladona y cantárida, suficiente para finalizar sus penas.
Vartok lleno de desasosiego huyó a la montaña. En sus noches no paraba de repetirse la pesadilla. Se veía caminando por un interminable y oscuro túnel con la mano puesta sobre el corazón. Si alejaba la mano sentía una quemazón en su interior. En su andadura siempre se cruzaba con una jauría de perros rabiosos que se le tiraban sobre su seno. Entonces descubría un hueco traslúcido en el sitio que debía ocupar el núcleo de su alma y por el que los canes furiosos le empezaban a devorar. Los más torpes y rezagados se contentaban dando cuenta de sus dedos y extremidades. Creyó que en la montaña encontraría la paz. Imploró, aunque con cierta soberbia, acabar para siempre con el delirio. Como su progenitor, como todos los de su linaje, a duras penas se arrepentía de sus acciones. Cualquier roca, cualquier arbusto en los que fijaba su mirada tenían la cara de Nava pero detrás aparecía la de la maga Vana, la druida que le maldijo. Y la montaña le respondió. Escuchó su hálito abrasador. Le castigó. La tierra tembló bajo sus pies. Le llovieron cientos de piedras. Cuando cayó la última roca ardiente supo que la druida había vencido y que él, sucumbía al fatal magma justiciero que le vomitaba el cráter.
© Manel Aljama septiembre 2008 (revisado septiembre de 2009)
Origen ilustración : Internet
Con este texto fantástico e inédito hasta ahora (lo escribí en 2008 y lo rectifiqué hace un año), quise probar suerte primero con el género fantástico y de aventuras legendarias y hacer un sólo párrafo.
ResponderEliminarAl final, dada la extensión, he separado en tres partes el texto para facilitar la comprensión. No he visitado ninguna leyenda nórdica sino más bien una de oriente próximo (la del infierno), reconocible en la descripción islmámica del infierno. También tomé prestado algo a mi amiga Carmen R Signes (Monelle) para la invasión del pueblo: "las mujeres mancilladas reiteradamente".
Espero que al margen de la crudeza os guste pues al fin y al cabo es un ejercicio de ficción.
Manel
Crudeza no le falta. Impresiona bastante al leerlo, a mi me ha encantado. Veo que la ficción también se te da bien ¡Menudo talento!
ResponderEliminarUn abrazo
!Caray Manel!... uf, que ficción tan salvaje, y la mayor crudeza, resulta ser el hecho cierto y probadísimo, de que la realidad siempre supera a la ficción... siempre.
ResponderEliminarEs para vomitar magma justiciero y más
El texto, impecablemente escrito, te mete en situación desde la primera frase a la última, el personaje de Vartok, tan logradísimo, que hasta puede olerse !joder!
Un besote enorme
¿Le llamas ejercicio?, puede ser para tí, yo he disfrutado con su lectura que me trasladó a aquellos relatos oscuros que siempre sucedían en lugares ignotos porque era difícil ponerse en la piel de sus protagonistas.
ResponderEliminarDe primera impresión pensé en el famoso rey de los hunos, luego, dejé que mis ojos pasaran a ser simplemente lectores de una vieja nueva y terrible historia.
He estado muy perezosa, pero creo que ya retomo, sobre todo, la costumbre de leeres.
Bicos
Me ha gustado mucho. Creo que este género se te da muy bien. Un relato muy original y que atrapa desde el primer momento.
ResponderEliminarBesos
¡Menudo castigo el que recibió Vartok! Merecido, en todo caso.
ResponderEliminarMe impresionó la parte donde él mató a su propio hermano para hacer suya a su cuñada y que Vana busque la muerte antes de darle un heredero.
Fuerte esta idea. Brindo por tu imaginación ;-)
Gracias Manel por dejar tus cometarios en mis cuentos.
Te deseo desde ya unas lindas fiestas y un muy buen 2011.
La verdad, Manel, es que cualquier tema que toques lo bordas. Tienes una viveza y un empuje en tus escritos que no tienen más remedio que gustar a la gente. NO quiero ni pensar el día que te dé por explicar con tu prosa cómo se hacen dos huevos fritos.
ResponderEliminarUn abrazo.
es un "ejercício " buenísimo, crudo y duro sí, pero con una consistencia de órdago. En relato fantástico estaá muy bordad la priemra parte.
ResponderEliminarel final pierde algo de consistencia, te podias haber expandido un poco más en la descripción de ese infierno particular y su agonia ( que se merece una agonia mayor leñe!) y no temas por la extensión, pues engancha desde el principio
un placer regresar
No sólo (o tendré que poner ya "solo", sin acento)se te da bien el género fantástico, si no que a mi que no me gusta me ha sido muy interesante. Cada vez tu prosa es más rica y tus historias más interesantes.
ResponderEliminarUn abrazo, majete.
Bueno, crudeza es lo que hay, aquí en la quebrada del ají, así que nadie tiene por qué asombrarse. Te ha quedado muy lindo, aunque este género no es de mis preferidos, pero es que a tí se te da muy bien todo querido Manel, besotes
ResponderEliminar.
ResponderEliminarManel, he regresado, por obra y gracia del dios Blogger, parece que solucionaron el problema para muchos de los que nos estaba imposibilitado el ingreso a Comentarios en muchos de los blogs.
Buen relato, bien recrea el estilo mitico. Me gusto esto de los nombres de las hermanas, que son un juego hecho con las mismas letras.
Un abrazo amigo,
Ana Lucia
.
En estas fiestas tan entrañables, con mis mejores deseos de ilusión, paz y felicidad.
ResponderEliminar¡¡FELIZ NAVIDAD!!
Un abrazo.
Si me gustó mucho, tienes el don de atrapar al lector. Besos y muy felicies fiestas, tía Elsa.
ResponderEliminarMurió en su ley, las mujeres tenemos ese poder y firmeza para lograr hacer justicia. Es estupendo lo que escribes. besos y reitero mis deseos de felicidad, amor, salud y éxitos.
ResponderEliminarwow, esto es diferente... y es muy bueno, me gusta la mezcla. es bastante bueno, ya extrañaba andar por acá, pero he regresado y con hambre de deborar textos... y crear, claro está. un beso y un abrazo, pasala bien. saludos.
ResponderEliminar