lunes, 21 de junio de 2010

¡Menos Mal!


La clase estaba iluminada con la claridad y el resplandor de una mañana de abril. Las golondrinas asomaban a las ventanas del aula que estaba en el primer piso. En las paredes los mapas y los carteles de geometría y anatomía se veían limpios. Toda el aula desprendía pulcritud. Los pequeños de primero de primaria iban todos ataviados con batas de finas rayas azules. Las niñas lucían batitas de color rosa. Al otro lado, la maestra, con falda corta, se estaba limando las uñas mientras el resto acababa los deberes. El pequeño Manuel se la miraba embelesado. Sabía que no volvería a pisar nunca más aquel sitio. No tenía telepatía, pero sí que había nacido con el instinto de supervivencia. Intuía que algo le iba a ocurrir. Había hecho la preparación en una de aquellas primitivas guarderías donde cada pupillo tenía que traer la sillita de casa. Eran unas sillas de esparto muy monas. Sólo pudo ir un par de meses. Nunca más volvió a ver la silla.
El día anterior había acudido en compañía de su padre al despacho del director. El niño se comportaba como pedro por su casa mientras que el adulto no se atrevía ni a sentarse. Había salido del bar y estaba un poco achispado. Encima de la mesa había un dibujo. Manuel lo conocía. La culpa de ese encuentro era el dibujo. Manuel sentía pánico. El director observó detenidamente al padre. Luego dirigió las miradas al chico. Intentaba encontrar algún parecido, algo que le dijera que aquél individuo era realmente el progenitor del alumno. Se levantó decidido, pasó la mano por la pelambrera de Manuel que seguía inquieto y dijo:
—¡Siéntese!, por favor, está usted en su casa.
El adulto obedeció. El director, cogió el papel con las dos manos y lo exhibió:
—¿Qué le parece?
El muchacho estaba embobado mirando una enorme construcción hecha con cajas de de cerillas. El padre parecía tener la vista en los cuadros de Franco y José Antonio que presidían la estancia.
—¿No tiene palabras para calificarlo verdad? Tenemos que arreglar esto. Si usted me permite...
—Yo, sabe de eso no entiendo. Usted dirá...
—Pues tenemos un genio. Sí señor, ha realizado un dibujo que sólo un niño de catorce años detallaría tanto. No lo ha copiado. La señorita es testigo. Lo terminó en poco más de siete minutos. Si usted me deja al chico, lo sacamos en el NO-DO. ¡Qué dibujo! los cristales, el reflejo, el volante, el conductor, los embellecedores de ruedas, distintos tonos para el color, las luces del semáforo, nubes, pájaros, rayos de sol. Es imposible que un chaval de seis años haga un trabajo tan detallado. Estamos delante de un artista.
En el momento que pronunció la palabra "artista" el padre sufrió un sobresalto. Quedó paralizado. El director no se dio cuenta. Cogió al niño de la mano y lo llevó hasta las cajas de cerillas.
—¿Te gusta eh? Lo han hecho alumnos mucho mayores que tú. Estoy seguro de que tú podrás hacerlo mejor y mucho antes. Te vamos a hacer famoso. Ven que te voy a enseñar más cosas que hacen tus compañeros.
Al día siguiente en la casa paterna, con las paredes desnudas de yeso y el techo en caña viva bajo la luz de una bombilla de 40 vatios, Manuel era ajeno a la conversación.
—Ya está —dijo él.
—¡Menos mal! —dijo ella.
—Ya lo he sacado de esa academia. Lo he apuntado en esa escuela unitaria que está más cerca de casa. Como tú querías. Así no tendremos que gastar dinero en la escuela. Total con que aprenda a poner su nombre ya es suficiente. ¡Artista! había dicho el tonto de la corbata.
La mujer callaba. Callaba para no descubrir el verdadero progenitor.

© Manel Aljama (junio de 2010)
© Ilustración: Manel Aljama (1975)

20 comentarios:

  1. huuyuyui.. que cosa! la narracion me atrapo como una ola feroz. un beso saludos.

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  2. Muy buen relato y atrapante, lástima el niño. Besos tía Elsa.

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  3. Por un lado un secreto no revelado pero por otro a cotidiana realidad del talento perdido en base a los deseos paternos.
    Un abrazo.

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  4. ¡Cuánta carrera exitosa y brillante se han visto frustrada por la falta de un capital que la respalde! Un relato en el que intuyo que hayas podido introducir recuerdos de tu infancia escolar, para recrear ese ambiente que al menos en mi ha traído a la memoria esos años de infancia. Me ha gustado el misterio que se presenta ante la reunión con el director, y sobre todo el hecho de la madre reservando un secreto que nadie terminará por conocer. Buen relato por todo lo que despierta en el recuerdo.
    Besos.
    Carmen

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  5. Jajaja, lo has retratado a la perfección. Pánico le entró a ese padre cuando vió lo que se le avecinaba.

    Excelente amigo Manel.

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  6. De historias como esta, en las que el arte es reprimido por los progenitores está llena la vida. La duda en este caso es si este relato tiene algo de autobiográfico.
    Un abrazo, Manel.

    Fran

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  7. Manel, estupendo relato. Por un lado un padre reacio a cualquier cosa que signifique o sea distinta, que implique avance, por otro lado una madre que no terminamos de ver y, lo mejor del relato ese niño-genio, curioso e inteligente que, tristemente, como tantos, pasará por la vida sin poder mostrarse porque no le dejarán.
    Cargado de realidad y patetismo.
    Tristemente sigue sucediendo que los padres se impongan a las inclinaciones naturales de sus hijos.
    Bicos.

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  8. Pero qué genial. El progenitor sucede a veces que es dudoso, jaja. Pero claro, el arte sale siempre y no hay escuela ni "padre" que pueda reprimirlo...por suerte el arte y el artista se mantienen casi siempre en sus principios.
    Un abrazo. Me encantó.

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  9. Muy buen relato. Realmente me mantuvo muy atenta, pobre el niño artista. Un abrazo.

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  10. Manel, tu relato rebosa realismo... lo transmite enormemente, al igual que un sabor agridulce, triste, ronco, fatalista... ese niño sin futuro por pura incomprensión, y ese padre que solo quiere que sepa poner su nombre y poco más: leer y escribir, las cuatro reglas y a salir a trabajar !!triste!!, !triste y real de cojones!, y mucho más triste cuando lo que se sesga es la magia del arte... lo peor, es que como Manuel ¿cuantos?, porque desde luego y lamentablemente casos así haberlos haylos, como las meigas.

    Un besote, ya sabes, gordo gordísimo

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  11. Qué bueno Manel, cuántos casos habrá que se pierden en el infinito por tanta ignorancia y acomodamiento paterno. Me gustaría saber el destino púber de ese niño. y también su adultez. ¿Sabría? Mi imaginación vuela a muchos y variados derroteros.

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  12. Sabina: ¡Gracias por tus palabras!
    tia elsa: ¡Gracias por tus palabras! Pero la lástima no siempre es buena.
    Luís: ¡Cuánta razón tienes! pero el ser humano es también duro.
    Manuel: Muy agudo. Efectivamente el "padre" vio lo que se le venía encima...
    Carmen: Llevas toda la razón tiene mucho de autobiográfico.
    Belén: ¡Gracias por tu visita, por leer y por tus palabras!
    Fran: Lo mismo que Carmen.
    Ana: Tienes razón, pasa y pasará. Pero a veces se puede invertir el curso de la historia...
    Eauria: Justo das en el clavo: el arte sale siempre y no hay escuela ni "padre que pueda reprimirlo. También das en el clavo.
    Alma: El niño ha recibido garrotazos pero aún está vivo.
    Ali: Tienes razón pero como algún otro lector comenta, a veces, pocas, el curso de la historia cambia.
    RosaMaría: El niño te está escribiendo. No se considera un artista y mucho menos un genio. No vive del "arte". ¿Cuántos pintores o escultores han sido valorados en vida? je je.

    El cuento tiene mucho de autobiográfico. Como también estos otros cuentos:

    -Zapatos Gastados

    El catecismo

    -Ahora voy por ti

    -No me abandonarás nunca

    Gracias, saludos, besos y abrazos a todos/as por vuestros comentarios. Todos habéis aportado un granito de arena inestiblame.

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  13. Aquest dibuix el vas calcar.. CONFESSA!! ..jeje... ;-)

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  14. Doncs no, t'has de fixar bé. Si fos calcat les potes serien perfectes. Aviat posaré la galeria complerta.

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  15. Bueno,dicen que lo que se escribe,siempre tiene algo del propio escritor.

    Excelente como siempre.

    besitos
    soni

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  16. Los celos del padre... que su hijo fuera mejor que él. ¡No, señor! La madre y su secreto... "de tal palo tal astilla" (quién sería el verdadero padre del niño, ¿un artista famoso?)
    Tu lorito me gustó mucho.
    Te dejo un abrazo artista :-)

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  17. Esos tiempo s en los que la palabra artista era sinóninmo de rojo, de carcel, de escarnio y cosas peores
    normal que el pobre padre no quisiera problemas, seguro que si le dicen que el niño va para cura se pone loco de alegría, esa España nuestra...

    Lo del progenitor , muy agudo eh

    Al niño el arte al final le salió de todos modos aunque reflejado en letras.

    bss

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  18. Es un cuento fantastico. Te engancha desde el principio porque uno quiere saber a donde va la historia, y que cosa tan horrible pudo haber hecho el chico. Una gran sorpresa enterarse que se trta de un pequeno genio artista. Por otro lado, el padre medio borrachin y descuidado, ignorante a tal puno de salir huyendo para proteger al nino. Y la madre, astuta le sigue la corriente al pobre viejo cornudo sacrificando un buen futuro del hijo con tal de que no se sepa su secretito.

    Toda una parodia de la vida. Como suele suceder muy a menudo.

    Lo disfrute mucho, Manel. Siempre un placer leerte.

    besos : )

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  19. La Maria Carme ha escrit: "Molt bo, Manel! El final és genial!"

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Gracias por tu colaboración.