lunes, 15 de agosto de 2011

El enigma Poupardin

Fuente Internet Museo del Louvre aprox 1911

Se cumplen 100 años y hace unos meses colgué este cuento. Quizá la historia real fue así...

El inspector jefe de la Policía de París, Gerard Poupardin estaba plenamente satisfecho recibiendo los felicitaciones de los presentes en la fiesta que casi podía decirse que era en su honor. Se había reabierto el Salón Carré del Museo del Louvre, el que dedicaba a la pintura italiana del siglo XVI. En esta ocasión estaba engalanado con cintas con los colores de la bandera de la “republique”. Recibió no sólo elogios por parte del prefecto de policía sino también del mismísimo Armand Fallières el presidente de la “Troisième République” pues el caso se había convertido en un tema de estado.
Los operarios de limpieza también estaban invitados a la fiesta y además habían sido condecorados. Aprovecharon la ocasión para sustituir el vino malo de sus habituales borracheras por el exquisito champagne de la celebración. Había el doble de vigilancia de un día normal quizá no por el cuadro que había vuelto entero al museo sino tal vez por la presencia de diputados y cargos públicos temerosos de dejarse ver en público sin ninguna protección. Todo eran halagos para Gerard Poupardin. Se le equiparaba a héroe nacional pues había devuelto la “Mona Lisa” intacta y había detenido a Vincenzo Perugia, el principal sospechoso del robo. En todos los corrillos se contaban anécdotas del eficaz trabajo del inspector, de su astucia en dar con el paradero de los malhechores y de cómo detuvo a la banda.
—¿Y cómo sabe usted que el detenido no es el fanático italiano y pintor de brocha gorda que dice ser, sino un hombre de paja al servicio de un afamado falsificador como se rumorea? ¿Qué hacía un hombre como él en poder de una lista con los siete mayores compradores de obras de arte robadas? ¡Gerard! ¿Cómo puede demostrar que en todo este tiempo el falsificador no pudo hacer hasta siete copias, quizá más, del original y habernos devuelto una falsificación junto con el desgraciado de Perugia?
—¿Y cómo puede probar todo eso? No es más que un rumor. Yo quizá no pueda probar con total exactitud lo mío pero usted Gaston, tampoco lo suyo. No me estropee la fiesta por favor. Brindemos por el nuevo año 1912.

© Manel Aljama (mayo 2009)
Publicada con anterioridad el 20 de mayo de 2009: http://manelaljama.blogspot.com/2009/05/el-enigma-poupardin.html

4 comentarios:

  1. Hola Manel, increible historia que bien pudo ser así!
    Gracias por tu comentario en mi blog, realmente un honor recibir tus palabras!!

    GRACIAS!!

    Un abrazo!!

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  2. Querido Manel, espero que de esta vez, aunque sea despacio y poco a poco, pueda ir recuperando todas mis lecturas en vuestros blogs. Tú deberías ser de los primeros ya que cuento siempre (todavía me asombra) con tu apoyo y ánimo.
    Hoy, también como de costumbre, no me has decepcionado; he bebido champagne y casi casi me he puesto "piripi" mientras me asombraba una vez más en la contemplación de El Cuadro.
    Biquiños y mi agradecimiento.

    P.D. Procuraré ponerme al día.

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  3. Qué morro!
    Total llegar al fondo del asunto, a la verdad no es importante :(
    Como siempre tus letras cargadas de fino humor negro llegan al corazón.
    Saludos.

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    Respuestas
    1. Gracias por la visita y comentario!
      Pues esto pasó en verdad, más o menos: MonaLisa fue robado por una gente que se dedicaba a eso, a hacer copias. Durante el tiempo que lo tuvieron habrían podido hacer unas cuantas...

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Gracias por tu colaboración.