miércoles, 26 de agosto de 2009

¡No! ¡otra vez no!

de "One flew over the cuckoo's nest (1975)

Quiero imaginar una canción
Temblaba. No era la primera vez. Sabía cada detalle de lo que venía a continuación. Le introducían un objeto extraño en la boca y de repente, un destello, un interminable estallido que lo dejaba todo blanco. Una eternidad que parecía no tener fin. Un dolor que se repartía por toda la médula desde su cerebro hasta la punta de sus pies.
—¡No te quejes! ¡Es por tu bien! ¡Para sacarte esa manías que tienes! ¡Porque sabemos que eres rarillo! —escuchó una voz gruesa, como de fumador.
Para sus adentros él imaginaba o quería imaginar que estaba lejos de allí, que tarareaba una canción. Una melodía que le tranquilizaba y que paliaba la brillante intensidad del sufrimiento.
Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo

Imagino una canción
No podía escuchar ya las últimas palabras del hombre de la bata blanca al que llamaban doctor. Su mente estaba lejos, muy lejos de allí, tal vez a mil kilómetros o más. Entonces Holly, un individuo flacucho y vestido de manera extravagante que viajaba haciendo autostop, corría buscando un refugio de las pedradas que le estaban lanzando los conductores que lo habían confundido con una mujer fácil y gratuita. Alguno de los cantos alcanzó en el blanco. En vez de dolor empezó a escuchar una canción.
Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo
Otra descarga de luz cegadora llenó esta vez de oscuridad la sala. Tras el destello las voces que se oían lejanas no paraban de repetirse:
—Es por tu bien, Lou, ¡por tu bien, muchacho! ¡No puedes vestirte con las ropas de tu madre! ¡Eso está muy mal Lou!
Y se mezclaban con una melodía que le era familiar:
Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo

Vivo la canción
Le socorrió Candy, la muchacha de moral ligera. Ya había probado la lluvia de piedras. Compartía su música y era una mujer vestida de mujer. Le escondió en su camioneta. Holly encontró allí ropas de hombre. Hizo un esfuerzo y se cambió.
—¡Déjate crecer la barba y no te pintes los labios, babe! Por estas tierras no perdonan los equívocos. ¡No quieren alegría ni mucho menos extravagancias! ¿No escuchas como una canción?
Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo
Una tarde, a la salida del templo metodista, el psiquiatra del electroshock fue atropellado por un coche que tenía la radio encendida y a todo volumen. Sonaba una melodía muy pegadiza. En el auto iban Holly y Candy que se habían hecho pareja gracias a los guijarros. No les pudieron identificar así que siguieron su camino y vivieron felices.
Everybody had to pay and pay
Said, honey, take a walk on the wild side
Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo

© Manel Aljama (agosto 2009)

15 comentarios:

  1. La psiquiatria norteamericana nunca ha sido modélica: culpabilizar a las madres de niños autistas, encerrar a todo el que se comporta un poco diferente y, el electroshock, que se aplicaba indiscriminadamente; como denuncia el film "Alguien volo sobre el nido del cuco" o el propio Lou Reed o Stephen King, víctimas porque un día se pusieron ropa de sus madres...

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué ahogo, qué cárcel!

    Leer este texto me sobrecoge dentro de un vestido demasiado chico. Duele.

    Afectuosamente,

    Ana Lucía

    .

    ResponderEliminar
  3. No hace falta ir tan lejos, lo digo por lo de la psiquiatría americana. Hace escasamente 5 años, trabajé con un pianista gay que estaba viviendo con su psiquiatra (una mujer) porque ésta le estaba ayudando a superar su homosexualidad, a convertirse. En aquel momento ellos dos vivían como una linda y feliz parejita. Por suerte, con el tiempo, la cabrita tira al monte y el chaval acabó dejándola. Lo que no se es como no acabó denunciándola.

    Por cierto me ha encantado tu texto. Muy bueno y muy buena esa estructura.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tu comentario, Fran.

    ¿Te imaginas ver la familia Reed por un agujerito?

    Un lunes por la mañana en 1948 Mr. Reed diciéndole a su esposa:
    --Cariño, hoy llegaré tarde, porque al salir de la oficina llevaré al pequeño Lou a que le den un par de electroshocks a ver si no te tocará mas turs ropas...
    --¿Preparo una tarta de arándanos? --pregunta ella sin hacer mucho caso porque está horrizada con esas manías del chico.
    --No, mejor de manzana como las que hacía mi abuela.
    Antes de salir pasa por la habitación del muchacho y encuentra un cómic de Superman sobre la cama todavía sin hacer.
    --Cariño, ¿has visto esto? ¡Qué vergüenza! ¡Lleva la ropa interior por fuera! No me extraña que el niño se haya vuelto tan raro leyendo estas porquerías...

    ResponderEliminar
  5. Un texto un poco extraño como si fuera una canción. No está mal. Lo que no me gusta es que se frivolice y se culpe a la psiquiatría que es una ciencia muy seria, solamente por eso.

    ResponderEliminar
  6. Los comentarios y las opiniones, de una forma u otra siempre te aportan algo, te enseñan algo.

    Pero dos cosas tengo presente siempre:
    1-La libertad de expresión y el máximo respeto y más en MI PROPIO BLOG.
    2-Creación literaria: me baso en hechos reales pues ou Reed fue tratado a los 6 años con electroshock. Ahora está casado con su compañera de toda la vida Laurie Anderson.

    Como escribo, firmo con mi nombre y mi apellido. Existo en varios blogs y soy una persona digamos identificable. En cambio quien firma "Niebla" no tiene perfil, no tiene nombre y no tiene un sitio o los sitios relacionados con Niebla no son de este Niebla. Agradezco tus críticas pero, ¿no sería más elegante dar la cara?

    ResponderEliminar
  7. Entiendo a Niebla pero no estoy de acuerdo. Otros textos, cuentos o novelas habrá a favor de la Psiquiatría, que efectivamente es algo muy serio.
    Pero también es seria, en este caso tu opción a elegir un tema y escribir sobre él.
    A mí me ha gustado el texto y todo el rato, mientras leía, he estado pensando en "Alguien voló sobre el nido del cuco".
    Por otro lado no sabía que Lou Reed había sido tratado con electrosock. ¡Qué brutos podemos llegar a ser los humanos!.
    Bicos.

    ResponderEliminar
  8. Muy bueno tu relato.
    Lo siento tan real...
    que es como si en vez de leer,
    estuviera oyendo hablar al protagonista.
    Me ha gustado mucho.
    Besos
    Margot

    ResponderEliminar
  9. Tu recomendación de La Tregua me hizo detenerme a mirar, y leer, y leer y sentirme a gusto. Lindo texto este en el que te comento. Espero nos sigamos leyendo. Qué lástima que no conozco tu hermoso catalá, me tengo que conformar con el castellano, que no está mal tampoco ¿no?

    ResponderEliminar
  10. Muy buen ejercicio literario, un placer haber podido compartir la lectura con un gran éxito como éste. Me ha gustado el enfoque que das. No comprendo las quejas hacia un colectivo profesional, que como otros, tiene también que esconder la cabeza en más de una ocasión. No sólo cuando se recuerdan los electrosock, sino algo peor, las lobotomías, que fueron administradas sin compasión. Existió un médico en estados unidos que se paseó por todos los estados dejando discapacitadas a muchas personas, entre las que se encontraba una de las hermanas Kennedy. Este remedio horripilante, en el que una de sus técnicas consistía en introducir un punzón por la cuenca ocular hasta llegar a un punto en el cerebro y agitarlo, se ofertaba como remedio infalible para combatir la histeria femenina. No veo el porqué, no se pueda hacer referencia a los hechos de una historia que ahí está, para que se recuerden, no para que caigan en el olvido, no he notado en el texto que se generalice de ninguna forma ni se menosprecie una profesión tan respetable, pero que como todas tienen un pasado.
    Me ha gustado mucho Manel, felicidades.
    Carmen

    ResponderEliminar
  11. Pues verás que ya tienes una seguidora más estimado Manel.

    Cortázar me conmueve, llevo años leyéndolo y siempre es novedad. Las Babas del Diablo es uno de mis favoritos, no tiene desperdicio ese cuento. Supongo que la compilación que mencionas también trae Todos los Fuegos, otro grupo magnífico.

    Gracias por tu visita y el comentario, nos seguimos leyendo

    ResponderEliminar
  12. Monelle/Carmen:
    sin tu acertada aportación, este post estaba como cojo. ¡Cómo no me había recordado de lo de la lobotomía!

    Pamela:
    Gracias por tus palabras de elogio y ánimos. Bienvenida de nuevo y espero no defraudarte colgando textos con los que se disfrute de la lectura.

    ResponderEliminar
  13. Un valioso relato. Magníficamente contado. Felicitaciones. Impacta como debe ser. Un abrazo Felicitaciones!

    ResponderEliminar
  14. Manel, no sé cómo no visité antes este blog, no tengo disculpa, quizás pensé que ya lo había hecho, pero en fin, disculpa mi negligencia.
    El relato me parece estupendo se vive mientras se lee y los comentarios en general muy acertados, con la excepción de la ciega niebla que fue respondida como merecía. Tengo que agradecerte los tuyos en mi blog, también muy acertados e interesantes y mi respuesta a tu pregunta es afirmativa, es un honor para mí, que algo que escribí pueda estar en este hermoso blog y te agradezco la deferencia.
    Un abrazo, compañero.

    ResponderEliminar
  15. Jejeje!!! La verdad es que he de decir que me he pasado alguna que otra vez por tu blog y me ha sorprendido muy gratamente. Te felicito!!!

    ResponderEliminar

Gracias por tu colaboración.