sábado, 28 de marzo de 2009

Ida y vuelta

De (c) Manel Aljama Suplicio de aeropuerto

Ida
Un vuelo de ida y vuela entre Barcelona y Madrid me costó el otro día 108,50 €, y al mismo tiempo, un taxi entre el centro de Sabadell y el Aeropuerto, tuvo un importe de 59 €.

Ambos trayectos, en ese día, duraron 40 minutos. Considero tiempo de trayecto el que transcurre desde el despegue de la nave hasta que toma tierra, y en el caso de vehículo, desde que arranca hasta que se detiene en la terminal.

Para desplazarme desde Barajas a mi destino en el centro de Madrid, una zona cercana a la Plaza de Castilla, utilicé el metro, que sin salir del mismo aeropuerto y, previo transbordo en la parada de Nuevos Ministerios, me llevó hasta la estación de Cuzco, una parada antes de la Plaza Castilla, a la altura del número de 139 del Paseo de la Castellana. Para buscar en la capital catalana la zona equivalente propongo Plaça Francesc Macià en confluencia con Diagonal y Francesc Tarradellas.

Tras realizar mi trabajo con total comodidad fui invitado a un restaurante de menú diario pero cuya calidad y presentación superan con creces la oferta gastronómica a la carta en otros lugares. Departí con mis acompañantes y con tiempo suficiente tomé de nuevo el metro, que en menos de 35 minutos ya me había transportado al aeropuerto.

Regreso
El vuelo partió puntual y llegó con 15 minutos de adelanto. Volvió a durar 40 minutos.
Tampoco he tenido en cuenta el tiempo de desenganche del "finger", acceso a pista, cola de aviones, etc. Tiempos de espera normales en aeropuertos internacionales como lo es el de Madrid, la capital de España. Por cierto el de Barajas, sí que es un aeropuerto y no la jaulita de cristal y diseño que tenemos por aquí, en Barcelona.

Y ahora, lo bueno: Fui a coger el tren a una estación que fue construida en 1975 y promovida muchos años antes cuando un ministro del dictador se quedó atrapado en la cola de acceso a las playas de Castelldefels. Ahora la estación está en obras y sigue fuera de las terminales.

La espera por el tren que me debía llevar a Sants fue de más de 35 minutos. El trayecto que escasamente sumará 7 Km., se demoró otros 35 minutos con constantes paradas técnicas. Al llegar a Sants, curiosamente los trenes iban ese día con retraso, esta vez porque dos emigrantes se habían peleado en la estación y uno había acabado en las vías. Bien, el tren hasta Sabadell tardó 15 minutos y el trayecto total, en el tren abarrotado de pasajeros duró 40 minutos más. Sumé 15 minutos más para que pasase un autobús porque al legar el tren acababan de pasar. El autobús tardó otros 15 minutos en alcanzar el destino final, mi casa.

Ese día me había despertado a las 4:00 de la mañana para poder coger un transporte a las 5 y estar en el aeropuerto a eso de las 6 y así evitar las colas a la hora de tener que quitarte el cinturón, vaciar los bolsillos y abrir el portátil y sacarlo de la funda... Lo suelo hacer rápido pero cuando se juntan unos novatos delante a lo que sus "piercings" les disparan la alarma me ponen nervioso.

Tardé más tiempo en cubrir 35 kilómetros que en recorrer 640. Me costó más dinero avanzar 35 Km. que volar esos 640 kilómetros. Me suena a una canción...

© Manel Aljama (maljama) marzo de 2009 en Calaix de Sastre.
Nota: en el momento de la publicación, acababa de entrar en vigor la limitación de 80 km/h en el área metropolitana de Barcelona.

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